¿Qué está pasando?
Los tiempos cambian y a una velocidad vertiginosa. Padres, educadores... todos nos preguntamos cómo debemos hacerlo para orientar estos cambios y hacer lo mejor posible esta tarea tan complicada de acompañar y orientar a nuestros alumnos e hijos en el camino de la vida.
La educación debe adaptarse a los tiempos. En busca del equilibrio.
¿Y cuál es la educación correcta?
Aquella que acompaña; aquella que se acerca al individuo y hace que saque lo mejor de sí mismo; aquella que le dota de habilidades, de compromiso; aquella que motiva e ilumina; aquella que abre mentes; aquella que no pierde de vista las características e intereses del individuo; aquella que despierta en ellos la ilusión de aprender, hacer todo lo posible por hacer el bien y mejorar el mundo en el que nos encontramos; aquella que forja en ellos unas valores firmes orientados al crecimiento, a la equidad, a la libertad, fomentar el esfuerzo, el respeto, la alegría, la tolerancia y comprensión hacia la diversidad; aquella que trabaja el pensamiento y les hace ser personas con un pensamiento libre y crítico consigo y con todo lo que les rodea...
Necesitan dirección, por supuesto, pero también espacios de elección donde aportar ideas y donde no tengan miedo a equivocarse. Necesitan aprender haciendo y dialogando. Necesitan pensar. Ellos han nacido en la era de la tecnología por tanto están acostumbrados a recibir muchos estímulos a la vez. No hay tiempos de silencio, de quietud, de crecimiento interior. Hay que educarlos en la pregunta, enseñarles a pensar. Provocar en ellos curiosidad, interés por aprender.
Cada vez tienen el acceso más fácil a todo lo que quieren y la "cultura del esfuerzo y la frustración" peligra. Entre el colegio y las actividades extraescolares no tienen tiempo para el juego libre, para realizar actividades donde el aprendizaje no sea dirigido. lo que se gana por un lado se pierde por otro.
El sistema educativo y la familia debe favorecer todas esas carencias. Complicado pero no imposible.
Un conjunto de muchas circunstancias pero una idea clara que nace en todos nosotros. Este sistema educativo no acaba de funcionar como quisiéramos, por tanto, no esperemos a que cambien los de arriba, que por lo visto no han pasado mucho tiempo en las aulas y empecemos nosotros mismos.
¡¡Ánimo!!.
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